Para contestar esta pregunta nos toca repasar a qué nos referimos con “buen comportamiento” porque muchas veces pensamos que el buen comportamiento se trata únicamente de obediencia, seguir las reglas de la casa, la escuela, el parque, horarios y rutinas.
Y aunque la conducta que le modelamos a nuestros hijos y cierto nivel de estructura es beneficioso muchas veces podemos observar cambios en el comportamiento de nuestros niños que para nada tienen que ver con la crianza que estamos brindando.
Muchas veces NO nos percatamos de tantas cosas que suceden con nuestros hijos a medida que se desarrollan que seguramente tendrán un impacto en sus emociones y tendrán días y momentos difíciles. Muchos de estos cambios son parte normal del desarrollo o con exigencias del sistema y para nada tiene que ver con lo buenos o malos padres que somos. Sin embargo por alguna razón el dedo acusador de la sociedad siempre busca culpabilizar a los padres y las madres.
Todos adultos y niños tenemos días difíciles, los adultos emocionalmente bien adaptados gestionamos las emociones con palabras, a veces con silencio, con espacio, respiramos o usualmente buscamos algo que hacer para distraernos pero los niños aún no saben poner palabras a lo que sienten, necesitan expresar esto que no entienden pero sienten intensamente y la mayor parte del tiempo esto incluye llorar y gritar.
¿Por que nos sentimos tan incómodos cuando estos días llegan?
¿Porque nos cuesta entender que esto también es parte del desarrollo?
¿Porque nos cuesta acompañar y consolar en esos momentos?
La respuesta es ¡la culpa !
Nos sentimos culpables porque pensamos que estamos fracasando como padres, que no estamos criando bien a nuestros hijos y que algo estamos haciendo mal porque mi hijo NO se está comportando como “se debe” en X o Y lugar.
Por que de repente todas las miradas llegan a ti como padre o madre o porque suena el teléfono y es el Pre escolar nuevamente para que recojas a tu hijo/a y entonces en ese momento te cuestionas tus habilidades.
Hoy quisiera liberarte de esa culpa. Decirte que el hecho de que tu hija o hijo tenga días difíciles no tiene que ver con tus capacidades como mamá o papá.
Que está bien sentirse frustrada/o y está bien reconocer qué hay días más difíciles que otros pero que aún así siguen siendo excelentes padres y aún así están dando lo mejor y que aún así tu hija y tu hijo siguen siendo amados y excelentes niños.
El comportamiento de tu hijo no define el padre o madre que eres.
Lo que habla de ti es como tratas a tu hijo o hija no sólo en los momentos cuando la conducta está excelente sino también en esos días donde están desbordados emocionalmente, en esos momentos donde sientes que no puedes más.
Cuando decides no responder con violencia rompiendo con la forma que te criaron a ti.
Como tratas a tu hijo/a cuando están enfermos o como sigues cuidándolos aún cuando tú estás enferma/o.
Como te desvives por detalles pequeños, esos que nadie ve, cuando le preparas su comida, compras su merienda favorita, cuando buscas hacer actividades, cuando dedicas tiempo a jugar aún estando cansado del diario, cuando sacas espacio para estudiar, hacer tareas, escucharle, bañarle, tener su ropa decente, buscar la forma de proveerle un techo y un lugar seguro.
Cuando secas lagrimas, limpias mocos, el tiempo de apapacharse, los abrazos y los besos durante el día y a la hora de dormir. Los mil Te amo.
Todos esos detalles son los que te definen y esos también se reflejan en la conducta porque un niño amado también se nota !
Y mamá y papá que me leen ustedes tampoco tendrán días perfectos y eso también está bien mientras hagamos las paces y busquemos mejorar cada día más.
Dra F. Román
Psicología Perinatal... 